lunes, febrero 28, 2011

COMO SALIR DEL CLOSET

Cuando el hijo gay sale del clóset

La primera dificultad es que se rompen las expectativas con relación al proyecto de vida que habían construido para ese hijo o hija. El otro paso es superar la visión patológica de la homosexualidad.

Así relata Edwin el drama que vivió cuando sus padres se enteraron de que tenía una preferencia sexual diferente a la de la mayoría:

“Cuando le revelé mi homosexualidad, mi papá se llenó de odio, al punto que terminó echándome de la casa. Diez años después, cuando murió mi hermano heterosexual, pude volver a casa. Mi padre me aceptó como soy y hasta me pidió perdón. Y me pasó lo que le sucede a la mayoría de los gay, que pasamos de ser ‘la loca’ y la vergüenza de la familia, a convertirnos en los superhijos que cuidamos de los padres y de la familia como no lo hacen muchos hijos heterosexuales”.

Situación muy común en estos casos debido a que, según la médica familiar y sexóloga Liliana Arias Castillo, "cuando un hijo o una hija decide salir del clóset, los padres generalmente ingresan al clóset por el temor al manejo de la situación".

Los especialistas explican que esto ocurre debido a que la homosexualidad no figura entre las expectativas que los padres y las madres se han hecho para un hijo o hija. Por eso, “cuando una persona no sigue los patrones que la sociedad espera o no coincide con sus expectativas, los progenitores reaccionan presionando, alejando, evadiendo, rechazando, reprimiéndose o culpándose”, dice la psicóloga clínica y sexóloga Nelssy Bonilla.

“Otros caen en la negación. ‘Eso no me está pasando a mí’, ‘Será que está equivocado (a)’, ‘A lo mejor necesitas ayuda’, o en las culpas como ‘En qué fallamos’, ‘Qué fue lo que hice’, lo cual genera mucha angustia y llegan hasta a la agresión. No faltan los que dicen ‘Prefiero verlo muerto que viviendo con otro hombre’ y no vuelven a tratarlos en años, salvo cuando hay una situación dolorosa como un duelo familiar.

O quienes deciden dominarlos, controlarlos o castigarlos, creyendo que así van a cambiar su preferencia sexual. “La familia vive un proceso de duelo por la pérdida de ese ideal o proyecto de vida que tenían para ese hijo o hija, que incluye ‘Quiero que sea un hombre -o mujer- de bien, que sea un profesional y forme un hogar’, señala Liliana Arias. “Para muchos padres, un hijo es como la extensión de sí mismos. A través suyo buscan proyectarse o alcanzar lo que no pudieron lograr”, dice el psicólogo clínico y terapeuta sexual Virgilio Chiachella.

El especialista destaca que descubrir la homosexualidad de un hijo constituye “un golpe, porque se sale de lo considerado como ideal y natural. Y peor aún si le agregamos elementos religiosos que estigmatizan la condición homosexual como sodomía -por Sodoma y Gomorra- como el paradigma de lo degenerado y lo desviado”.

Golpe que tiene origen en que la gente desconoce que “es una condición humana ser plurales en sentir, pensar y actuar, y aunque existan mayorías, siempre habrá personas diferentes. Así como no hay una sola religión ni un solo color de piel, tampoco hay una sola orientación sexual ni capacidad de amar y ese comportamiento es parte de esa diversidad”, afirma Nelssy Bonilla.

Otra expectativa muy grande que se derrumba es la de los nietos, más cuando se trata de un hijo único, o el varón de la familia, que enfrenta a los padres al interrogante de quién va a prolongar su apellido o a asumir los negocios o las herencias.

Esa angustia llevó a los padres de Marino*, un ejecutivo de 36 años, hijo único, a presionarlo armándole matrimonios, pero cuando ‘le montan’ la fiesta de compromiso, él sufre unos episodios de gastritis con sangrado y termina hospitalizado y se desbarata la boda. La escena se ha repetido tres veces.

“La mamá lo sabe, pero dice que al papá le daría un infarto si lo supiera porque es muy machista. El papá lo presiente, pero no lo quiere saber y el hijo se deja manipular por ambos, pero les sigue haciendo el juego por temor a que el papá se enferme y provoque una ruptura”, dice la sexóloga Liliana Arias.

Con ese concepto falso de que “el fin de la vida sexual era la procreación, se reprimió el homosexualismo. La sexualidad es para disfrutarla, es el placer más grande del ser humano si la disfruta con responsabilidad”, dice el sexólogo Luis Fernando Hoyos.

Liliana Arias asegura que ser gay no implica no tener descendencia. “Hay lesbianas que recurren a la inseminación artificial, y gays que adoptan hijos o que los tienen inseminando en útero prestado o con personas del sexo opuesto que aceptan sin ningún vínculo de pareja”.

El destape

Tanto el hijo como los padres deben escoger muy bien en qué momento y cómo salir del armario. La mayoría de los papás intuye la situación, pero no se atreve a abordar el tema ni los hijos son capaces de planteárselo porque conocen los prejuicios de sus mayores frente a la homosexualidad.

No se debe recurrir a expresiones como ‘Usted por qué no tiene novia’, ‘Baile con sutanita’, o ‘Es que a esta niña no se le conoce novio’, ‘Aquí le traigo a fulanito’, algo que sucede siempre en las fiestas de Navidad o fechas especiales. Es cuando muchos padres y madres han quedado estupefactos, al oir a su hijo o hija gritar con desespero y delante de los invitados: ‘No me molesten más que soy gay’ (o lesbiana).

Por ello, el primer paso es socializar el tema a través del diálogo. Es importante escuchar -el silencio conlleva más sufrimiento- y mirar las oportunidades para que el núcleo familiar salga fortalecido y evitar que se desintegre echándose las culpas.

Por esa necesidad de buscar un responsable, los padres culpan a las madres con reproches como ‘Es que lo consintió mucho’, ‘Lo trató como a una niña’. Pero ellas también los recriminan: ‘Es que tú tenías otra’, ‘Como me abandonaste o -te divorciaste- y no venías a verlo’.

Si la pareja no tiene una buena relación, puede pasar a formar parte de ese 29% que se separa cuando sabe que su hijo es gay.

El siguiente paso para superar el ‘shock’ es reconocer: ‘Bueno, es gay, pero es mi hijo’. Esa actitud conlleva la aceptación de que ese hijo pueda elegir pareja e integrarla al núcleo familiar. “Es cuando los padres entienden que el hijo no les va a traer una nuera sino un yerno o que la hija no les va a traer un yerno sino una nuera”, dice Liliana Arias.

Ramiro*, un profesional mayor de 30 años, buscó ayuda profesional porque no resistía ya la presión social. En terapia él reconoció su identidad sexual y decidió que la terapeuta le comunicara a sus padres la verdad.

“Citamos a la familia, pero sólo acudieron la mamá y los hermanos. Ella dijo que lo sabía y que le encantaba que por fin él lo hubiera podido expresar. Y optaron por pedirle al papá que no lo molestara más, que él iba a hacer su vida y se independizaba, sin decirle que era gay.

Luego, Ramiro invitó a la familia a su nuevo apartamento y ahí le presentó su novio a su papá. El padre toleró muy bien la situación y hoy es superamigo de su hijo y de su yerno, quien ya está incorporado en el círculo familiar”, relata la doctora Arias.

“Es absurdo que un padre decida botar al tarro de la basura una relación tan preciada como la que se tiene con un hijo o una hija porque lo considera enfermo o un ser contranatura”, afirma Virgilio Chiachella.

“Sobre todo si -analiza el experto- muchos heterosexuales no manejan su capacidad reproductiva con responsabilidad ni con sabiduría y su heterosexualidad no sirve de nada pues carece de principios. La esencia del ser humano no está en su preferencia sexual”.

Eso fue lo que le pasó a Román*, una persona de principios, emprendedora y con mucho talento en su arte. Maneja valores de familia, es un excelente hijo con su señora madre, muy preocupado por darle buena calidad de vida, lo cual no siempre se ve entre los heterosexuales.

Sin embargo, fue rechazado en forma radical por el padre, quien es muy agresivo. Hay una ruptura muy fuerte que lo ha llevado a varios estados depresivos porque no había podido procesar ese antagonismo con su papá.

“Ante algo que ya es un hecho cumplido y sabiendo que es un individuo valioso, este señor se ha complicado la vida al renunciar a la felicidad del intercambio afectivo con su hijo -es un hombre amargado-, y de paso, le ha negado la oportunidad de tener el afecto de su padre”, dice el doctor Chiachella.

Lo cultural

Los padres también sienten mucha confusión en la que se mezclan vergüenza, dudas y temores al pensar en con quién pueden compartir esa situación.

“Se preguntan qué van a pensar de ellos: que fracasaron como padres, que no supieron ponerle correctivo a tiempo a los hijos o criarlos como personas normales. O si se van a enfrentar a las burlas o a la compasión malintencionada y al rechazo de la sociedad”, dice Arias.

Aceptar un hijo homosexual implica despojarse de creencias equivocadas que obedecen a esa visión patológica sobre la homosexualidad, afirma Nelssy Bonilla, tales como relacionarlo con una conducta desorganizada, con el deseo de cambiar de sexo, con abuso de menores, incluso con promiscuidad.

Por ello, Liliana Arias sugiere cambiar arquetipos que califican a los homosexuales de sádicos, incompetentes, sin iguales capacidades u opciones que un heterosexual. Y entender que “no es una depravación ni aberración, simplemente una preferencia de género que se da igual que la heterosexualidad y no le quita su condición como persona”.

“Y que no es una enfermedad o una degeneración ni sinónimo de prostitución ni nada vergonzante que implique la marginalidad”, sostiene Hoyos.

En ese proceso de aceptación, ayuda ver al homosexual como “una persona cuyos principios y concepción de la vida le permiten aportar a la sociedad, independiente de su orientación sexual, la esencia como individuo va más allá de nuestras inclinaciones”, aconseja Chiachella.

Nelssy Bonilla propone un contexto más amplio para no caer en esos extremos. “Si reconocemos que el principio de la vida es la diversidad, entenderemos que la capacidad de amar también es diversa y que amar a un igual o a un diferente o a ambos es parte de esa pluralidad”.

Como dice Rinna Riesenseld en su libro ‘Papá, mamá, soy gay’, que el diálogo fluya, como el de aquel muchacho que le confesó a su madre: ‘Mamá, a mí me gustan los hombres’ y ella le respondió: ‘A mí también’.

Otra gente cree que la orientación sexual es una decisión intencional que se toma para hacer algo ‘en contra de’. “No, eso es parte del desarrollo, de la naturaleza y de cómo la persona está descubriendo su forma de ser, incluida su sexualidad. Si comprendiéramos eso, nuestra actitud sería de respeto ante una realidad imposible de cambiar”.

*Los nombres son ficticios para proteger la identidad de las fuentes.

CONSEJOS

- Aceptar que la homosexualidad es una preferencia más dentro de las diferentes orientaciones sexuales. No es que el hijo sea malo ni que hayan fallado en la crianza.

- Cada padre o madre debe renunciar al ideal de proyecto de vida que creó para su hijo o hija.

- Las familias que se comunican y se cooperan con una postura de sinceramiento y de apertura, evitan la separación de los padres y manejan mejor esta eventualidad.

- No se trata de salir a decirle a todo el mundo ‘Tengo un hijo homosexual’ pero sí de saber enfrentar la situación y no encerrarse en el armario.

- Liberarse de prejuicios y paradigmas permite manejar una buena o aceptable relación con el hijo o hija homosexual.

- Se requiere una transformación de ideas y de apertura mental. No hay que aferrarse a conceptos consagrados por el tiempo pero que no necesariamente son los más correctos.

- Aceptar al hijo como es, darle apoyo, acogerlo y ayudarle a organizar su vida sexual y afectiva con mucha altura, así como a seguir su desarrollo de vida en los términos normales como persona.

- No caer en sobreprotecciones como tener al hijo escondido ni tratarlo como a un minusválido.

- Brindarle amor, comprensión y ser consciente que no es nada para avergonzarse. Grandes hombres fueron homosexuales: Platón, Aristóteles.

- Buscar la asesoría terapéutica profesional para superar temores y culpas, aclarar ideas y aprender a respetar la vida de la persona.

- Si han existido antecedentes de violencia sexual, hay que aclarar si esa preferencia homosexual está bien definida.


Fuente: Anodis, la Agencia de Noticias sobre Diversidad Sexual es un sistema de información que transmite noticias, opiniones y análisis a través de piezas periodísticas sobre la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero y Transexual (LGBT) en México mediante el uso de Internet y con el apoyo de una red de reporteros, corresponsales, y colaboradores.


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